Con la llegada de la primavera (que no solo «la sangre altera») y el cambio horario, es posible que nos cueste conciliar más el sueño o que éste resulte menos «reparador» que en otras épocas del año. Por eso, en esta entrada, escribo sobre uno de los hábitos saludables que a veces no tenemos mucho en cuenta: la higiene del sueño.
- Lo primero y lo que creo que es más importante es ser pacientes y saber que necesitamos tres semanas para reprogramar el cuerpo y la mente para dormir bien.
- En cuanto a la alimentación: no cenar ni mucho ni muy poco. El comer demasiado puede hacer difícil conciliar el sueño, mientras que comer muy poco puede llevar a despertarse demasiado temprano.
- El tabaco, el alcohol, las bebidas con cafeína como el café o el té, trastornan el sueño.
- Es fundamental marcar un horario para irse a dormir. Fijar una hora para acostarse y para levantarse.
- Hacer ejercicio con ganas durante al menos, media hora al día. El ejercicio reduce ansiedad porque libera tensión física y mental.
- Relajarse con un baño o con una ducha durante 15-20 minutos antes de irse a la cama.
- Mantener la habitación con una buena temperatura, ni demasiado frío ni calor.
- No dar vueltas en la cama si uno no se puede dormir. No condicionar la cama. La cama es=sitio para dormir, no para ponerse a pensar. Si no nos podemos dormir levantarse y realizar otra actividad aburrida hasta que vuelva el sueño.
- “De esto me ocuparé mañana”. Apuntar en una lista las preocupaciones acumuladas a lo largo del día y decir en voz alta DE ESTO ME OCUPARÉ MAÑANA. Así descargamos la mente de lo que nos preocupa.
¡Espero que os haya gustado!
Muchas gracias por leerme y por vuestros comentarios.
Feliz semana y… si queréis descansar…ya sabéis! 😉
En el siguiente vídeo podéis encontrar más información.
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