María del Valle

La mayoría de las veces es complicado dar el paso, ser consciente de que necesitamos pedir ayuda, entre otras cosas, porque nos obliga a aceptar que existe un problema y que tenemos que hacer algo para solucionarlo; que ya no sirven los esfuerzos que hemos hecho por intentar solventarlo, ni la evitación para que duela menos y así pueda ser más llevadero con nuestro día a día. Una vez que se toma la decisión de querer sentirse mejor, de querer cambiar determinados comportamientos y de tomar el control de nuestra vida, empieza el gran proceso de cambio.

Terapia Psicológica

En nuestra sociedad aún hay un gran prejuicio sobre el ir al psicólogo, sigue estando asociado a tener grandes problemas mentales y/o locura: algo exclusivo y permitido tan sólo para casos extremos; o “sólo los débiles necesitan ayuda”.

Por suerte, es algo que poco a poco está cambiando, cada vez se va considerando el pedir ayuda a un profesional de la psicología algo más normal, necesario en determinados momentos de nuestra vida: cuando se está atravesando una mala etapa, cuando los problemas nos superan, cuando perdemos a un ser querido, cuando sufrimos un desengaño amoroso, cuando nuestras obligaciones laborales y familiares nos sobrepasan; generándonos tristeza, ansiedad y estrés u otras emociones negativas que no somos capaces de gestionar.

Mi base siempre radica en tratar a la persona que me pide ayuda como me gustaría que me tratasen a mí: empatizando con cómo puede sentirse, escuchando y estableciendo una jerarquía de qué es lo que más malestar le genera o que es lo más le preocupa para establecer los objetivos prioritarios sobre los que empezaremos a trabajar.

El punto de partida, es que los seres humanos somos un cúmulo de experiencias, estamos en constante cambio y evolución. Esto implica que, al igual que aprendemos podemos “desaprender” determinados patrones que pueden resultarnos dolorosos, inadaptativos o disfuncionales para nuestra vida.

El papel del paciente, nada tiene que ver con la imagen del famoso «diván»: en este tipo de terapia el paciente tiene una posición activa, que requiere de su trabajo, de su implicación y por supuesto, de querer cambiar y mejorar su estado de ánimo.

La terapia puede ser presencial u OnLine. La frecuencia de las sesiones siempre es en función de lo que necesite la persona. Si tienes alguna duda sobre el tipo de terapia, cómo funcionan las sesiones o necesitas que te aclare algo, puedes contactar conmigo aquí.