Últimos días del año y como siempre… ¡momento de hacer balance de los doce meses anteriores!

A veces, son circunstancias externas e inevitables las que determinan que un año sea bueno o malo y poco margen tenemos de cambiar lo que la vida nos ha dado o quitado pero, creo que siempre hay que aferrarse a ese mínimo hueco para intentar sentirnos un poco mejor, aprender de las adversidades y buscar oportunidades para cambiar lo que no nos gusta de nosotros mismos, luchar por cumplir sueños/objetivos e ilusionarnos de nuevo con el año nuevo y, por qué no, ¡con la vida!

Aprovecho para compartir este artículo en el que enfatizan la importancia de marcarnos propósitos realistas para que dejen de ser propósitos y no sea algo que quede pendiente de conseguir de año en año.

No creo que haya secretos para lograr nuestros objetivos más allá de la constancia, la paciencia, la perseverancia pero añadiría (además) que sean medibles, que podamos ir controlando nuestro progreso con mini-metas, que sean necesarios (para uno mismo) y sobre todo, que creamos que podemos conseguirlos.

Cree en ti y en el 2018: ¡se puede!

¡Feliz Año Nuevo para tod@s!