«Tengo una pregunta que a veces me tortura: ¿estoy loco yo o los locos son los demás?» Albert Einstein

En esta entrada quería «desmitificar» (o al menos intentarlo) algunos aspectos relacionados con la Psicología, con los psicólogos y con la terapia…

Como no podía ser de otra manera empiezo por lo que más me afecta: «Todos los psicólogos están locos».

Bueno… esto es especialmente complicado afirmar que no es cierto:

Desde que empecé la carrera he conocido a gente que, efectivamente, cumple a la perfección esta «idea», y que te hace reafirmarla con un: «por gente como ésta tenemos tan mala fama«.

La verdad que no sé que va antes, si el huevo o la gallina…Si las personas que estudiamos Psicología ya tienen «algo» rarillo o es durante la carrera cuando empieza a aparecer ese «algo»…

Creo que la dificultad está en moverse constantemente entre dos polos que en principio pueden parecer opuestos: el manejo de nuestros propios sentimientos y emociones y, ser empático, cercano y emotivo, para comprender a la persona que demanda tu ayuda. Aquí puede estar ese «algo» que a la mayoría (en la que por supuesto me incluyo) puede generar en otros esa percepción o esa idea…

Otros mitos que son frecuentes: «No creo en los psicólogos». ¿A caso se cree en los peluqueros o en los dentistas? creo que no es una religión, somos profesionales y como todo, les hay buenos y no tan buenos…

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«Con un buen tratamiento farmacológico es suficiente»: es cierto que en ocasiones pueden ser útiles pero cuando se combinan con un buen tratamiento psicológico, es cuando verdaderamente producen buenos resultados.  Los psicofármacos, preparan nuestra mente a nivel neuroquímico facilitando con ello la terapia psicológica.

«El psicólogo es para los locos»: es triste pero los locos no saben que lo están, así que…¡son los únicos que no acudirían a pedir ayuda!

¡Espero que os haya resultado curioso!  y que después de leer este post, podréis afirmar que «no todos los psicólogos estamos locos»  o… ¿si? 😉

De todos modos: «quien esté libre de pecado que tire la primera piedra».