Llegó el otoñó y consecuentemente, la polémica con el cambio de hora. La madrugada del próximo domingo, a las 3 am vuelven a ser las 2. En las Islas Baleares han solicitado que les permitan no llevar a cabo el cambio horario ya que por su situación geográfica,  son las primeras en ver el Sol y las últimas en despedirse de él; consideran que  «no cambiar la hora permitirá disfrutar de más luz cuando se acaban las obligaciones diarias y evitará el malgasto energético» sin embargo, el Ministerio de Industria, Energía y Turismo ha denegado la petición: «no puede modificar o mantener de forma unilateral el horario» porque es una medida regulada por la Directiva de la Unión Europea.

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El cambio de hora en esta estación, es más llevadero que el de primavera, pero, aún así, nos sigue costando adaptarnos. Los ritmos circadianos del cuerpo humano pueden tener dificultades de adaptación a los cambios bruscos de horario, afectando a diversos aspectos de la salud y de nuestro humor.

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En los últimos días, son varias personas las que me han comentado que se sienten más tristes, más decaídos, con menos energías… En la anterior entrada, ya hablábamos de los efectos del otoño en nuestras emociones: la mayoría de los investigadores coinciden en que dichos cambios pueden estar desencadenados por la respuesta del cerebro ante la disminución de las horas de luz y la relación con algunas hormonas claves en la regulación de los ciclos de sueño-vigilia, energía y estado de ánimo, como son la melatonina y la serotonina. Los expertos aconsejan para minorizar los efectos tener como «aliado» el triptófano. Si los aminoácidos son necesarios en todos los procesos metabólicos, el triptófano concretamente es fundamental para mejorar el estado de ánimo. Sin él no es posible fabricar serotonina, el neurotransmisor responsable del bienestar, aunque para su producción se necesitan también las cantidades adecuadas de vitamina y minerales, en concreto vitamina B6 y magnesio.

Entonces… ¿qué alimentos contienen triptófano? En el siguiente enlace podéis encontrar una lista y más información al respecto. A modo de resumen, contienen este aminoácido casi todo lo que solemos entender por SANO y los alimentos que nos recomiendan como imprescindibles en nuestra dieta: legumbres, frutos secos, pescado azul, frutas y verduras.

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Aparte de cuidar nuestra alimentación, ¿qué más podemos hacer para sentirnos mejor?. Sinceramente, hay pocas novedades al respecto:

  • El ejercicio físico suave, como paseos o la carrera suave, puede ayudar a “avanzar” el reloj interno, al aumentar la concentración de serotonina y de otros neurotransmisores en el cerebro,
  • Mantener unos buenos hábitos de sueño todo el año, con horarios regulares a la hora de acostarse y levantarse también ayuda.
  • Exponerse a una luz brillante (luz solar) durante una o dos horas en los días posteriores al cambio de horario también podría ayudar a sincronizar los ritmos desestabilizados.
  • Modificar el horario de comidas y evitar la ingesta de cafeína y alcohol.
  • Adaptarse al cambio horario desde unos días antes: en las personas especialmente vulnerables se puede aconsejar que, desde una semana antes, se vayan haciendo pequeños cambios graduales y progresivos de diez minutos cada día en el sentido del próximo cambio de horario.

El tiempo -nunca mejor dicho- siempre ayuda, por lo tanto, paciencia que…¡esto, también pasará!