Este es el título de una de las consultas que he contestado en el servicio de Apoyo Psicológico Online (APOL) de la Fundación Punset para el que colaboro.
En muchas ocasiones, nos proponen técnicas y herramientas con las que hacer frente a nuestros problemas, a nuestras dificultades pero… ¿no es a veces nuestra propia exigencia y nuestro propio juicio lo que nos limita y lo que nos complica nuestro día a día?
«En determinados momentos nos gusta estar solos, disfrutar de la soledad de encontrarse con uno mismo pero, es diferente elegirlo a estarlo por obligación, por no tener opciones de compartir nuestro tiempo con otros.»
Pinchando en este enlace podéis consultar el caso completo.
Pués yo,¿miedo a la amistad? de nada,ya que ni tengo ni falta que me hace tener ¨amistades¨.
Soy de Barcelona y donde veraneo,a los 11 o 12 años,conocí a un grupo ¨de amigos¨ por decirles alguna cosa.Los primeros años,todo fué bién,pero a medida que nos hicimos mayores.la cosa fué a peor,las broncas,las dicusiones,etc,etc,etc acabaton con aquella ¨amistad¨.De eso yo tenía unos 14 o 15 años.
Más tarde,a los 16 años conocí a otro ¨grupo de amigos¨,pero para mí la cosa no fué a mejor y a los pocos dias,los dejé estar.
En cuando obtuve el carnet de conducir,a los 20 años aproximadamente y para no aguantar a mi madre,me tuve que conformar con ir con el ¨grupo de amistades¨ de mi hermana,pero visto lo ¨bién que me lo pasaba¨ con una pandilla de muermos y de impresentables,lo dejé estar y le dije a mi hermana SI TE LO QUIERES PASAR BIÉN CON ESTA PANDILLA DE IMPRESENTABLES ALLÁ TÚ y desde entonces decidí que lo mejor es estar solo y es cuando me lo paso mejor y punto.