¡Hola a tod@s!
¡Ya estamos de vuelta! Después de unas semanas de desconexión, de disfrutar de la gente que no puedes ver en el día a día, del descanso y del tiempo libre…¡toca recuperar los buenos hábitos, algunas rutinas y empezar el nuevo curso!.
Sin duda, el haber pasado unas buenas semanas de vacaciones puede generar en algunos un duro golpe el volver al trabajo y a las obligaciones o, al contrario, que haya servido para volver a él con un extra de motivación, con un cambio de aires y las pilas «recargadas».
Cómo afrontemos la vuelta es fundamental para que sea menos difícil la adaptación y para huir del llamado síndrome postvacacional o estrés o depresión postvacacional.
Algunos consejos que aportan especialistas en Medicina Familiar y Preventiva para reducir las molestias derivadas de la vuelta son los siguientes:
- Programar el regreso a casa de manera anticipada y relajada
- Empezar de manera gradual con la intensidad del trabajo, de menos a más intensidad, siempre intentando comenzar por las tareas más gratas.
- Aprovechar los tiempos de descansos o de la comida para volver a alguna actividad agradable, para las relaciones sociales o familiares.
- Dormir adecuadamente, alrededor de las ocho horas.
- Mantener horarios regulares tanto durante el día como en las horas de acostarse y levantarse.
- No “llevarse trabajo a casa”, dejar en el trabajo lo concerniente a éste.
- Practicar ejercicio físico moderado, si es posible a diario.
- Seleccionar aquellas actividades que podemos llevar a cabo, y delegar aquellas para las que no estamos tan preparados.
- Mantener una actitud realista y proactiva, sin sopesar una y otra vez, de manera repetitiva y poco productiva, todas las alternativas a las cuestiones planteadas.
- Plantear los problemas laborales del modo más simple y esencial posible, prescindiendo de los detalles y sopesando la esencia para encontrar las soluciones.
- Halagar el trabajo bien hecho de las personas a nuestro alrededor y corregir las conductas inapropiadas o negativas en cuanto surjan de modo sutil pero firme.
- Practicar la relajación en intervalos regulares, eliminar pensamientos erróneos o ideas irracionales que puedan darnos ansiedad.
Todos sabemos que llevar a la práctica estas recomendaciones puede resultar difícil pero algunas de ellas son más fácilmente alcanzables y podemos controlarlas mejor. Especialmente las que corresponden a nuestros tiempos de descanso y cómo dejamos que nos afecten los problemas que surgen en nuestro trabajo a nuestra vida.
A veces, por la cantidad de horas que pasamos trabajando, se nos olvida que tenemos otras áreas que «alimentar» y enriquecer en nuestro día a día como son nuestra familia, amigos, nuestros hobbies e inquietudes. Nos resulta complicado desligarnos y aceptar que, por mal que vayan las cosas en alguna de las áreas principales, no pueden verse contaminadas las otras y dejar que actúe la sobregeneralización en la que todo se tiñe de negro y de valoraciones negativas.
Separar supone un esfuerzo pero resulta clave para la calidad del día a día que, al final, desde mi punto de vista, es lo que permite que afirmemos…¡estoy bien/feliz/satisfecho! o…¡estoy amargado!.
¡Espero que sigáis disfrutando del verano y que tengáis una buena adaptación al trabajo!
¡Gracias!
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