Hoy, quería compartir este vídeo y hacer a este perro el «protagonista» de la entrada. Considero que han elegido un buen símil que ayuda a comprender qué supone «tener depresión» o «estar deprimido», cómo afecta en el sistema cognitivo de quién lo padece, entenderlo más allá del «estoy triste».
Según la clasificación diagnóstica de la enfermedades mentales, un episodio depresivo mayor se caracteriza por tener en una presencia casi diaria de un estado de ánimo deprimido, disminución del interés o placer en cualquier actividad, aumento o disminución de peso/apetito, insomnio o hipersomnio, agitación o enlentecimiento motor, fatiga o pérdida de energía y sentimientos de inutilidad o culpa. Estos síntomas suelen ser bastante conocidos pero, lo que no lo es tanto es cómo piensa una persona depresiva y qué hay detrás de este profundo sentimiento de tristeza.
Beck considera que la persona que sufre depresión tiene una visión negativa del mundo, del futuro y de sí mismo; tiene pensamientos automáticos negativos del tipo “no valgo o soy inferior”, un autoesquema negativo de su valía como persona y distorsiones cognitivas. De tal manera que la realidad se interpreta para que coincida con sus creencias depresivas. Sentimos según pensamos y actuamos según las consecuencias que obtenemos. Por ello, la forma en que interpretamos nuestra experiencia es determinante.
Es importante buscar ayudas, dar los pasos adecuados y hacer frente a la situación, por complicada que sea.
No olvidemos que…»Se puede curar a cualquier perro negro».
¡Gracias y ánimo con el nuevo curso! 🙂
Deja tu comentario