Ante todo… ¡¡sociales!!

En determinados momentos de nuestra vida, tras una pérdida, por una ruptura sentimental, por cambio de residencia o simplemente, porque la gente que nos rodea no comparte nuestras aficiones, sentimos que necesitamos ampliar nuestros círculos sociales. Pienso que el ser humano ante todo es un ser social y muy pocas personas soportan y son felices en soledad. Bien sea por un motivo, o por otro, nos solemos necesitar unos a otros.

Por otro lado, tener confidentes íntimos facilita la recuperación y previene las recaídas ante determinados trastornos como la depresión. El hecho de compartir nuestro tiempo con otras personas nos genera emociones satisfactorias y positivas (al menos, la mayoría de las veces) y nos ayuda a distraer nuestra mente cuando algo nos preocupa o cuando tenemos un problema.

Nuestras maneras de relacionarnos han cambiado en los últimos años al estar casi permanentemente conectados. Personalmente, una de las ventajas que le veo a la redes sociales es la facilidad que nos ofrecen para conocer gente nueva. En función de lo que busquemos y del tipo de relación que queramos establecer, eso sí.

Creo que algunas páginas tan sólo sirven para «venderse» al mejor postor y en función de lo que otros ofrezcan (siempre físicamente) se elige a uno, a otro o… ¡a varios!. Pero hay otras en los que los grupos se van conformando por hobbies, en la organización de eventos, de viajes, de visitas culturales y otro tipo de actividades, que son en éstas, donde si creo que uno puede encontrar gente que verdaderamente aporte algo  o con los que se tenga algo en común, aunque tan sólo sea el gusto por el mismo deporte.

En relación a este tema os escribo sobre una consulta que contesté recientemente:

Una mujer expresaba su malestar ya que siempre le ha costado hacer amigos. No recordaba haber tenido íntimos nunca, ni siquiera en la adolescencia. Con relaciones superficiales y escasas había ido pasando la mayor parte de su vida. Ahora estaba sintiendo que debería esforzarse por conseguir establecer alguna amistad mas solida. Se preguntaba si sería una misántropa irremediable y que cómo podía cambiar su situación para tener alguna amiga para compartir salidas, viajes, películas, problemas.

Mi respuesta fue la siguiente:

Según un estudio la gente prefiere tener amigos que compartan sus creencias, valores e intereses. Las personas no buscan amigos idénticos, pero sí que tengan muchas similitudes, ya que hace más agradable la interacción. Cuando la persona tiene mucha gente a su alrededor, donde elegir, se prefieren las amistades y relaciones amorosas con personas que compartan actitudes, creencias religiosas y políticas. Por lo que nos cuentas, es posible que no hayas tenido amigos íntimos porque no hayas encontrado personas que te aportasen aspectos que tú consideras importantes, porque no eran del todo a fines a ti o simplemente porque tu familia y tus relaciones profesionales cubrían ese aspecto y no has tenido esa necesidad.

La misantropía supone tener un carácter que manifiesta aversión al trato humano. No tengo mucha información pero por lo que nos cuentas, no creo que sea tu caso, ya que, de ser así, no buscarías a una persona con la que poder compartir tu tiempo.

Creo que tener personas de confianza puede ser muy terapéutico y nunca es tarde para encontrarlas.  Teniendo en cuenta tus hobbies o las actividades que más llamen tu atención, podrías buscar en asociaciones, en grupos, en páginas de Internet… personas que compartan tus mismas aficiones, como el cine o viajar, según nos comentas. Así, es probable que conozcas a personas interesantes con las que compartir tu tiempo y quizás, con alguna congenies de manera que se convierta en un buen amig@. Seguro que descubres nuevas facetas de ti misma que tal vez no conozcas y disfrutas de la experiencia.

Yo valoro mucho tener personas que siempre están, que te apoyan y que siempre hacen que te sientas un poquito mejor…¡¡Si me leen (que eso espero)… ¡¡Gracias!!.

Sin duda: Quién tiene un amigo…tiene un tesoro.

Gracias 🙂