En la sociedad que vivimos y con los valores que impregnan en los medios de comunicación es cada vez es más frecuente que conozcamos a alguien cercano que sufra algún trastorno de conducta alimentaria (TCA).

Creo, o espero, que cada vez sean menos los que sigan pensando que estas enfermedades  son «bobadas de adolescentes» que se solucionan comiendo, sin más. Si fuera tan fácil…¿seguiría muriendo gente por sufrir estos trastornos?.

Aunque intentan censurarlos existen unas páginas/blogs en que se refieren a la anorexia y la bulimia en «código» como Ana y Mía.  En ellos,  las más «expertas» en estos trastornos dan consejos sobre cómo aguantar sin comer, como marcar más determinados huesos, como esconder comida…retos y castigos para conseguir sus objetivos. Sinceramente, una vez encontré una página de este tipo y me resultó tan desagradable que no pude leer más de tres líneas. En el siguiente enlace podéis encontrar más información sobre quiénes son Ana y Mía.

Un caso que contesté sobre bulimia, la chica definía su problema como que al sentirse mal comía sin parar durante todo el día, después, al sentirse hinchada, revuelta y con malestar se provocaba el vómito. A eso añadía su apatía, su escasez de ganas de hacer nada y una necesidad de acabar con esa situación.

Esta es mi respuesta a este caso:

La bulimia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria que se caracteriza por la presencia de atracones recurrentes y otras conductas compensatorias inapropiadas, realizadas de manera repetida, con el fin de no ganar peso, como son provocación del vómito; uso excesivo de laxantes, diuréticos, enemas u otros fármacos; ayuno, y ejercicio excesivo.

El ansia patológica por la comida que precede a los atracones en mujeres con bulimia nerviosa se vive como una reacción irracional e impulsiva.

Los atracones o las grandes cantidades de comida ingerida suelen estar acompañados de una sensación de falta de control.

Sería aconsejable utilizar técnicas de relajación y respiración antes de comer e intentar buscar distractores para que cuando te sientas mal no tengas que recurrir a la comida.
Como dices, es posible que no tengas ganas de hacer nada pero la mayoría de las veces, las ganas no se tienen “se hacen”; debemos de forzarnos a hacer cosas que puedan distraer nuestra mente. Al igual que buscar nuevos reforzadores, nuevos premios que te hagan sentir mejor y que no tengan relación con la comida.

Chocolate Te recomiendo que acudas al médico o a otro profesional sanitario para que sigas avanzando y consigas sentirte mejor.

Una forma de prevención de los trastornos de la conducta alimentaria relacionados con la ingesta compulsiva sería dejar de comer en función de nuestras emociones, o lo que es lo mismo, abandonar una posible alimentación emocional.