«El miedo es una valiosísima señal que indica una desproporción entre la amenaza a la que nos enfrentamos y los recursos con que contamos para resolverla.» 

Normalmente, desde nuestra infancia nos enseñan a evitar determinadas emociones, a ser racionales y a no dejarnos llevar por los sentimientos. Pero cuando vamos madurando nos vamos dando cuenta que lo que nos hace sufrir es precisamente eso, los temas emocionales: perder a un ser querido, tener un problema sentimental o ver que un amigo lo está pasando mal.

Pero…¿qué son las emociones? 

emociones

Son una reacción subjetiva al ambiente que viene acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos).

Las emociones tienen una función adaptativa de nuestro organismo a lo que nos rodea.

Una de las emociones más incómodas es el miedo,  entendido como una sensación de angustia que se produce ante una sensación de amenaza. Es importante entender que el hecho de percibir una amenaza no significa que exista un peligro real.
Culturalmente se ha considerado al miedo como una emoción indigna y es frecuente oír frases como»No seas cobarde» o «El miedo es signo de debilidad» y es por ello, por lo que se intenta evita por todos los medios NO sentirlo.
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Es interesante conocer cómo los humanos respondemos en relación a las emociones en general y en el miedo en particular, es que no sólo las sentimos, sino que además reaccionamos interiormente a ellas, lo que genera una segunda emoción.
Por ejemplo: sentimos miedo por algún motivo y después sentimos vergüenza por haberlo sentido, humillación, rabia o impotencia por haberlo tenido.
Tenemos una doble reacción. Por lo tanto, la secuencia en primer lugar es el registro de la amenaza, en segundo lugar la reacción de miedo y por último la respuesta interior a la reacción de miedo.  Es esta última respuesta la que puede disminuir o incrementar la sensación de miedo original.
En definitiva, el miedo surge cuando pensamos que no tenemos los recursos suficientes para hacer frente a la amenaza. La clave es saber que el miedo no es el problema, el miedo es una señal que indica la existencia de un problema, lo que nos da la posibilidad de resolverlo.
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Un ejemplo sería verlo como el indicador del móvil cuando se nos va a terminar la batería, esa pila en rojo indicándonos que como no lo recarguemos se apaga.  Si hemos aprendido a aprovechar esa señal de amenaza, enchufaremos el cargador en cuánto la veamos y el «problema» estará resuelto.
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Si trasladamos el este ejemplo al plano más psicológico sería algo así como que alguien diga: «No me da miedo este indicador, hay que ignorarlo y a mí este no me va a acobardar»; ¿Qué pasaría?
Sí, se le apagaría el móvil y como poco, calificaríamos a esa persona como «ridícula».
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Es complicado de poner en práctica pero sería aconsejable que consigamos, al menos, entender este tipo de emociones y atender a la secuencia que suelen seguir.
En el libro «La sabiduría de las emociones» de Norberto Levy podréis ampliar más información sobre el miedo y otras emociones «difíciles».
¡Gracias!.